Publicado por Eothair

Ganas, muchas ganas de jugar y pasar un buen rato es lo que puede sacarse en claro de este último fin de semana. Además de llenar el aula del Centro Cívico Zona Sur de Valladolid el sábado por la mañana (nuestro lugar habitual de juego), rematamos el fin de semana en Laguna de Duero, en una jornada de juegos de mesa que duró todo el domingo. ¡Demasiado para el body!

El sábado por la mañana nos llegaron dos nuevos invitados, que rápidamente se pusieron a jugar. ¡Y hubo mucho a lo que atacar! 

En la mesa se desplegó el Forbidden Island versión Señor de los Anillos (que puedes encontrar aquí), el Skull & Roses, el Colonos de Catán, y el que ya se está convirtiendo en un clásico de la Asociación, Battlestar Galáctica. 



La partida de Colonos, la que yo jugué, fue terriblemente divertida. Allí estaban 3 personas con las que no había jugado en mi vida, pero rápidamente se convirtió en un nido de serpientes muy adictivo. Es increíble lo que un buen juego de mesa es capaz de hacer para integrar a la gente. Una partida genial.
Del Battlestar Galáctica, sólo sé que perdieron los Cylon... ¡ay!


El domingo era nuestro día fuerte. Llegamos a reunirnos hasta 13 personas (cosa que no está nada mal para ser un domingo y estar en Laguna de Duero), y rápidamente nos repartimos en las mesas de juego del aula de música del CC Cascajo. Deciros que el hecho de contar con todo el Centro para nosotros solos, propició que pudiéramos comer en el césped y practicar el Mölky (sí, esos bolos finlandeses) para tomar un descanso de tanto desgaste mental.


La idea original era llevar dos o tres juegos duros (largos y densos), y dedicarles todo el día. Así, por la mañana, el grupo de juego principal disfrutó de un Shadow over Camelot, un juego de Days Of Wonder bastante criticado pero muy atractivo, en el que todos los jugadores son caballeros de la mesa redonda y tienen que enfrentarse a diferentes Quests para alzarse con la victoria. Eso sí, entre ellos habrá uno o varios traidores (llamados Felon) que pondrán todas las trabas a su alcance para evitarlo. 

 Perdona, ¿esto está en francés?

Aspecto del juego. ¡Muy guapo! 

Reconócelo... ¡eres un Felon!


Aunque personalmente me pareció un juego bastante limitado, el componente interacción lo hace muy divertido. Básicamente, el tablero se divide en una especie de minijuegos o quests, que son los que hacen que los jugadores ganen o pierdan. Al final, a mí y a Sting (Tristan y Percival) nos dio el arrebato inquisitorial y empezamos a acusar de Felon a todo el mundo, incluso matando a un jugador (sorry Brujah!). Acusamos a todos menos a dos, los que estábamos seguros que no eran Felon . . . ¡y resultó que lo eran! De Paso ya va uno acostumbrándose a su lado oscuro-Cylon, pero de Zumba . . . ¡jamás lo hubiéramos pensado! Con lo formalito que se le ve...

Al final la luz perdió, ganaron los malos, y poco más que decir. 

Por allí se pasaron unos chicos que se echaron un Yggdrasil. Lástima que estuviéramos tan enfrascados en la partida del Camelot, porque me hubiera gustado tanto conocerlos como ver un poco el juego. ¡Otra vez será!


Después de un break para comer y jugar un par de Mölkys (donde asistimos a la desconcertante suerte de Paso y la buena técnica de N3ko), llegó el plato fuerte del día: un Caballeros Guerreros a 6 jugadores. 

El Caballeros Guerreros es un juego de guerra de sucesión, que intenta abarcar tantos aspectos de la sociedad medieval (asambleas de nobles, mercenarios, expediciones íneas de sucesión, revueltas populares, asedios, asaltos, etc), que la lectura de sus reglas se vuelve una tarea un poco dura. Cada aspecto del juego se resuelve de una manera diferente, por lo que hay muchas mecánicas diferentes. Recordarlas todas es difícil, qué duda cabe, pero aún así, tiramos palante.



A decir verdad, si no fuera porque Brujah y Zumba se leyeron las reglas también, ni siquiera hubiéramos podido jugar. De lo que yo no me acordaba se acordaban ellos, y viceversa. Poco a poco, a trompicones, fuimos desenmarañando las reglas, ¡y empezaron las hostilidades!

Mi impresión del juego fue excelente (cambiaría alguna regla de las Líneas de Sucesión), como siempre, aunque no a todos gustó por igual. Zumba y Paso se quejaron amargamente. Zumba, porque es un eurogamer de pro y las mecánicas de Corey Konieczka no le acaban de convencer, y a Paso porque, según él, se trata de un juego "demasiado social".

Allí estuvimos 5 largas horas votando en asambleas, concertando matrimonios entre los hijos de nuestros nobles, viajando en expediciones y arrasándonos las ciudades. Se generaron mil y una historias en este magnífico juego narrativo, que no terminamos de aprovechar por el desconocimiento inicial de las reglas. Sin embargo, pienso que cumplió su función. Brujah, N3ko, Sting, Paso, Zumba y yo, Alaemortis, pasamos una tarde genial, y terminamos con ese dolorcillo de cabeza clásico de las partidas largas, que no es sino el agotamiento de nuestros cerebros, tan poco acostumbrados a estar todo un día de juegos de mesa. 
¡Hasta la próxima!